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INTRODUCCIÓN A LA CRÍA II

Abr 9, 2023 | CRIA

Autor: Adriana Bava

En nuestro primer encuentro (INTRODUCCIÓN A LA CRÍA I), hablamos acerca del Don de Criar, nacer para Criar. Y hablamos del camino de la Cría como de un viaje en tren, tren que parte de un andén mágico,  que sólo nosotros vemos y abordamos. Pero también hablamos de la Cría como una invitación, un aprendizaje. Invitación, crecimiento, amistad, ayuda que se pide y se otorga, conocimiento, logro de saberes, práctica, comunicación y exhibición de lo logrado, pertenencia, logia, entrega, mutua asistencia, y …. Alegría.

Todo esto mencionado, y más, no aparece de la nada de un día para otro. Hay un deslumbramiento inicial, sí, pero también hay conciencia clara y constante, entrega, renunciamiento, sacrificio, postergación, desilusiones, frustraciones, soledad a veces, trabajo siempre.

No puede haber paréntesis en la cría que involucren descansos, pausas, ausencias, tardanzas, dilaciones, postergaciones, y todo aquello que se nos ocurra pensar y que impacte en el bienestar animal. El animal, es siempre el interés directamente perjudicado. Los hemos elegido, a la mayoría “traído” al mundo en el sentido de haber en un momento dado permitido o provocado el encuentro de ambos padres, la preñez de la hembra, el nacimiento de los cachorros, su evolución, crecimiento, ubicación posterior… Y cuando el tiempo pasa, la castración de ejemplares, y muchas veces la entrega de quienes tanto nos han dado a alguien que pueda tenerlos, cuidarlos, amarlos y respetarlos hasta el fin.

Complicado no?

Hablar acerca de Criar, es poner en evidencia ante todo, los inicios y motivos que nos llevaron a elegir ser Criadores,  acompañar vidas gestantes y presenciar, y tal vez asistir, su nacimiento. Ese es el núcleo.  Tan sencillo parece.

Sin embargo es complejo, la Cría de gatos de raza involucra a las personas que nos acompañan en la vida, involucra la casa, el hogar, el tiempo y el espacio, nuestra forma de ser y trabajar, nuestra profesión u ocupación, la economía, el aprendizaje, el federarse a una entidad que nos respalde, el compartir con otros, compañeros y amigos de esta maravillosa y ardua aventura, el gestionar la vida, el bienestar, la reproducción, el embellecimiento, la ubicación definitiva de esos pimpollitos a quienes  invitamos a venir a este mundo. Con esto aparece el primer y gran principio de criar: Hacer el Bien y Evitar el Mal, qué casualidad … Es el principio supremo de la moralidad.

La conducta del Criador debe estar siempre iluminada por la ética, sea que haga poco o mucho que está en la actividad, sea un Criadero pequeño o de gran porte, sea que la Estación de Cría en cuestión alberga sólo hembras, o también posee los reproductores machos en convivencia.

Todo esto conlleva, como dijimos,  vocación, esfuerzo, trabajo, talento y preparación. Muchos se preguntarán: Pero…¿Soy yo  capaz?

He visto a través de los años personas tan preocupadas por responder esta pregunta, que nunca comienzan. También personas apresuradas que en breve tiempo atiborran su casa de ejemplares bajo diferentes excusas, siendo que en un momento dado abandonan  la idea, se deshacen de todo, y juran no volver a entrar  jamás en “esto de criar”. Al poco tiempo están nuevamente intentando…aparecen y desaparecen… Los animales sufren porque se decide sobre sus vidas, su vivienda, su compañía humana. Son hojas en la tormenta.

Ni tanto, ni tan poco.

Paso a paso.

¿Soy yo capaz? La pregunta surge una y otra vez. Entre quienes nos rodean encontramos la misma polarización de sentimientos que la gente presenta  en las creencias populares respecto de los gatos. Se dice que “se los ama o se los odia”, y que “ no hay tibieza” ante ellos. Nuestros familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, personas ocasionales, todo aquel que se relacione con nosotros y se “entere” acerca de nuestra actividad felinófila y de Cría, van desde un “Ohhhhh” benevolente, sorprendido, admirativo”, a un “Quéeeee”, que se traduce en “algo te falla”. No hay punto medio. Para el “Ohhhh” no hace falta explicación, la persona pregunta y pregunta, y manifiesta entusiasmo, simpatía, adhesión inmediata. Ante el “Queeeee” aconsejo ser cortés, y no dar demasiadas explicaciones… Salvo que pasen del Queeee al Ohhhhh.

Pero hay una objeción a esta actividad que es bastante excluyente respecto de la misma, y son los convivientes. La Cría, que puede ser tan satisfactoria para el Criador, puede no serlo para quienes comparten el hogar. Es una actividad que todos aquellos cuantos conviven con nosotros han de aceptar con simpatía. Tal vez colaborar, hasta entusiasmarse y participar. Por la misma razón los gatos no deben “invadir” la casa completa, aunque todos cuantos conviven den el beneplácito. No debemos olvidar que hay personas ajenas que nos visitan, o que ocasionalmente entran a nuestra casa, personas que concurren para hacer un trabajo de reparación, personas que por un motivo u otro se alojan en nuestra casa temporariamente… Todo esto es peligroso para los gatos. Una puerta abierta, una ventana, un pasillo, una escalera, un ascensor, la calle…

Aconsejo que no compartan toda la casa y que tengan la posibilidad de aislarse en los momentos críticos: Una fiesta, pintores, amigos de los chicos, jardineros, el delivery… todo aquello que implique el ejercicio peligroso o trágico de la curiosidad natural de los gatos.

Para esto…pocos gatos, al menos por un largo tiempo.

Una población felina que nos desborda se torna inmanejable.

Lo ideal es que convivan pero que una parte de la casa sea su residencia, y si es posible y contamos con un parque sin muros inexpugnables, la construcción de gateras amplias, cómodas, con aire y sol, elementos de diversión, seguras.

Comenzar siendo prudente, aprender, hacer cursos pertinentes, pedir consejo, estudiar acerca de la raza que criamos, asistir a Exposiciones para escuchar a los jueces, y a nuestros propios compañeros, pedir ayuda, ayudar, ser solidario, decir, contar experiencias, oírlas… crecer lentamente. Conformar un grupo en lista de Criadores, estar comunicado.

No criar muchas razas, se termina no criando algo bueno de calidad. Tener un veterinario de cabecera. Permanente. Es imprescindible para el Criador (así como los profesionales consideran imprescindible el diálogo con  los Criadores avezados, para consulta, intercambio de experiencias, consejo…).

Paso a paso…

Criadero pequeño, Criadero de dimensiones considerables, o medianamente poblado, todos han de ser, inexcusablemente: santuarios animales.

En  breve trataremos acerca de las cinco libertades animales enunciadas por OIE – OMSA, Organización Mundial de Sanidad Animal. A la luz de estas cinco libertades analizaremos la actividad de la Cría de gatos de raza, y su compatibilización con estas cinco libertades que les son propias atodos los animales del Planeta Tierra.

Adriana Bava
Criadora por 37 años ininterrumpidos
Juez Internacional FIFe. Retirada.

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